Motivada por la investigación, el rigor legal y estimulada por las zonas grises de cada historia familiar, Mathilde lógicamente recurrió a la genealogía.
Luego de un año de maestría en derecho privado, consolidando sus bases legales, adquirió posteriormente experiencia como asistente de genealogista.
Un año sabático en el extranjero también le permitió tener un buen dominio del inglés, lo que facilitó sus intercambios en el marco de las sucesiones internacionales.
